El regreso del acero inoxidable, el culto al Movimiento Moderno, practicar el ‘upcycling’ y un color por encima de todo. Seis estudios de interiorismo desvelan las claves para modernizar nuestra casa este año.
Raúl Martins, célebre por su estilo clásico y vibrante que enamora a distinguidas residencias en Madrid, París y Londres, acerca la sostenibilidad al alcance de todos con algunas pinceladas sencillas de ejecutar. “Aconsejo eliminar los colores oscuros, sobre todo de paramentos como paredes y techos. Es una manera de economizar energía porque absorben luz y nos obligan a tener un mayor consumo lumínico. Además, restan optimismo a los espacios, los hacen duros visualmente y crean un atmósfera muy fuera de tendencia”.
El interiorista se encuentra inmerso en proyectos especiales como la renovación de un castillo al sur de París y una villa moderna en Estoril (Portugal), el interiorista apunta al upcycling como una manera bonita y a veces económica de reciclar y generar menos residuos en la decoración de una vivienda. “Mi idea es alentar a la gente a coger una butaca vintage que sea bonita e incorporarla al salón. Hay muchos anticuarios, mercadillos o incluso tiendas online donde buscarlas, y darle una nueva vida, con una tela hecha a partir de elementos reciclados. Yo presento a comienzos de año una colección de textiles con algunos diseños fabricados con PET. Así cumplimos las tres erres del reciclaje: reducir, reutilizar y reciclar”.
Una lámpara de araña o espejos extravagantes
El minimalismo tiene los días contados. Como apuntábamos al principio, los colores sedantes han pasado a dar rienda suelta a un escenario abierto al juego y la ensoñación. Para el interiorista Fabián Ñiguez, el quid estético de este 2024 reside en no descartar nada, avivar lo heterogéneo y aplaudir la teatralidad: “Me gusta trabajar el maximalismo ecléctico, una tendencia decorativa que combina diferentes estilos, colores y texturas para crear un ambiente llamativo y dramático que está ganando terreno los últimos años”.
Para aplicarlo con acierto, prosigue el profesional, basta con seguir estos sencillos consejos: “prueba a combinar diferentes estilos de muebles y accesorios para crear un espacio único y personalizado. Por ejemplo, puedes mezclar una mesa de centro moderna con una lámpara de araña antigua”. Agregar diferentes texturas en los textiles de la casa o incorporar un elemento llamativo que aporte dramatismo al espacio y ayude a unificarlo como una obra de arte grande y colorida o un espejo extravagante, son otras recomendaciones del interiorista. Y no podemos olvidarnos de jugar con el color. “En el maximalismo ecléctico se trata de ser audaz con los colores. No tengas miedo a la hora de mezclar tonos brillantes y atrevidos. Puedes usar cojines, cortinas, alfombras y otros accesorios para agregar color a tu espacio”.
Interiores con personalidad
Un lugar en el que nos sintamos más nosotros que nunca. Este será el objetivo, según apuntan Carlos Tomás, fundador de EstudioReciente –creadores de un concepto transversal de diseño para residencias y espacios privados–, de un interiorismo bien ejecutado de cara al 2024. “Esa idea del hogar como nido y escudo de paz frente al mundo perderá fuerza, será más un refugio de nuestros valores que solo de nuestra vida. De ahí que lo local tenga que hacerse notar en los interiores a través del uso de colores, materiales y soluciones constructivas. Los interiores no deben sedar como están haciendo hasta ahora, sino motivarnos”, expresa el interiorista.
Para aterrizar la tendencia en una futura reforma, Carlos aconseja decantarnos por un uso más desinhibido del color y la combinación de materiales con efectos metalizados, piedras, mármoles y maderas locales alejadas del omnipresente roble natural. Es una respuesta contundente, explica el experto, a la moda que ha reinado durante la última década de promover la estandarización del color y los materiales para encajar en el sistema especulativo del valor de la vivienda. “En Estados Unidos ha provocado un movimiento muy fuerte en contra de la uniformidad, y esa idea de este material o está solución le gusta a todo el mundo y cuando se ponga a la venta tendrá más valor. Pero. al final, ¿qué valor tiene después para el propietario?”, reflexiona.
Fuera los revestimientos de madera, bienvenido el acero inoxidable
La segunda década del presente siglo se recordará por la búsqueda de inspiración reiterada en la naturaleza para concebir nuestro ansiado refugio. De las formas orgánicas y curvilíneas en sofás y otras piezas de mobiliario, al estuco en paredes que imita la arena o la omnipresencia de la madera en cada recoveco de la vivienda. “Es una filia difícil de desechar, y esto no quiere decir que ahora primen las líneas rectas ante todo, pero la fiebre por lo orgánico tiene los días contados. Ahora se integrará de forma más sutil en vez de imperar en todo”, señala la interiorista gallega Alba Vázquez Codesido.